Salto con pértiga:

En salto con pértiga, el atleta intenta superar una barra transversal situada a gran altura con la ayuda de una pértiga flexible, normalmente de 4 a 5 m de longitud y que suele ser de fibra de vidrio desde que reemplazara al bambú y al metal en la década de 1960. El saltador agarra la pértiga unos centímetros antes del final de la misma, corre por la pista hacia donde se encuentra la barra, clava la punta de la pértiga en un pequeño foso o agujero que está situado inmediatamente antes de donde se encuentra la proyección de la barra y salta hacia arriba impulsándose con la pértiga, franquea el listón con los pies por delante y luego cae en la colchoneta.

Los participantes tienen tres intentos para cada altura que va aumentando en 5 cm cada vez. Tres fallos en una altura determinada descalifica al saltador. Al competidor se le concede entonces como marca personal la última altura superada durante la prueba. Los fallos son: tirar el listón, pasar por un lado, pasar por debajo, colocar la pértiga más lejos de donde se encuentra el cajón de tomar impulso, cambiar las manos en el agarre de la pértiga y mover la mano de arriba durante el salto. Los saltos se miden perpendicularmente desde la parte de arriba de la barra hasta el suelo. El ucraniano Sergei Bubka, es considerado como el mejor saltador de pértiga de la historia, que se convirtió en el primer atleta que superó los 6 metros de altura en 1988, y en 1993 colocó el listón en 6.15 m. El salto con pértiga requiere una buena velocidad de carrera, músculos fuertes en la espalda y una gran habilidad gimnástica.